Luego de que el capo mexicano, Joaquín Guzmán Loera, fuera extraditado a Estados Unidos, lo trasladaron a la prisión de Manhattan en Nueva York.
Según información de el diario New York Post a la llegada del narcotraficante un grupo de reclusas lo recibió con ovaciones, al unisono las mujeres gritaban «¡Chapo, Chapo!» mientras era escoltado por los agentes de la DEA.